Concibo el regalo de una joya como una fórmula de consumo responsable. Porque se trata de una pieza única que, si tiene la calidad suficiente, durará toda la vida e incluso pasará de generación en generación. Contarán las historias de quienes la tuvieron por primera vez y cómo fue cambiando de manos.
Los objetos con alma no son los que se fabrican en serie intentando maximizar beneficios, y casi siempre a costa del medio ambiente y de los trabajadores de la industria. La llamada fast fashion genera una sensación de satisfacción pasajera porque los productos que fabrica no son especiales, sino masivos. Y, además, está contribuyendo a poner en jaque nuestro futuro en el planeta.
¿Te has parado a analizar tus hábitos de consumo? No pretendo lanzarte una perorata moral, sino invitarte a que reflexionemos juntos. Yo la primera.
En esas grandes tiendas de ropa en las que también se vende bisutería que sigue la última tendencia, hay prendas que se van a usar muy poco. Así lo advierte Greenpeace: hay artículos que van a terminar en la basura tras habértelo puesto solo entre 7 y 10 veces. ¡Es insostenible!
Las claves para un consumo responsable en Navidad
Ante los datos anteriores, te honra que te plantees reducir tu impacto diario. Más aún en unas fechas en las que realmente no los ponen difícil, como es la Navidad. Recibimos cientos de estímulos diarios que se multiplican desde el llamado Puente de los Descuentos (el Black Friday y el Cyber Monday), y todo para lo mismo: “¡Compra, compra, compra! Cuanto antes y cuanto más, mejor”.
No sucumbas a ese espíritu consumista que está llevando la tierra al límite y que te hace gastar sin criterio en productos muy poco gratificantes. Comparto contigo algunas claves que a mí me han servido en los últimos años.
1. Prioriza las compras nacionales a artesanos
Cuando compras productos nacionales, contribuyes a la generación de riqueza en tu país. Más aún si adquieres productos artesanos en lugar de los fabricados en serie en cualquier compañía internacional que produce sin control.
Generalmente, detrás de esos productos artesanos hay una historia familiar de sacrificio. Muchos de esos productores artesanos nacionales sobreviven a duras penas ante los envites de los grandes bazares online.
2. Consume de manera responsable y planifica
No te dejes llevar por ese espíritu consumidor que las grandes corporaciones se han afanado en inculcarnos. Decide con tiempo qué necesitas y busca bien. Cuanto más te empujen las prisas, peores decisiones tomarás.
Por ejemplo, si quieres hacer un regalo de joyería a una mujer y quieres que sea especial, puedes encargarlo. Gracias a la venta online, tan solo se trata de hacer la compra, esperar a que se fabrique la pieza y recibirla en el domicilio en forma de joya única.
3. Apuesta por lo atemporal y lo útil
Evita comprar productos demasiado encajados en lo que es tendencia, sobre todo si tienen diseños imposibles y resultan incómodos. Si no acostumbras a llevar tacones, no te compres unos botines con tacón fino por mucho que ahora se lleven, porque sabes de antemano que quedarán olvidados en un rincón.
En lo que respecta a joyería, un anillo con una gran amatista, una esclava de plata con resaltes brillantes, un colgante de plata con lapislázuli… Son ejemplos de joyas inmortales.
4. Infórmate sobre las políticas y sobre tus derechos
Ser responsable también es conocer tus derechos. En las Navidades tienen los mismos que el resto del año y, en concreto, para las compras por Internet dispones de derecho de desistimiento de 14 días naturales.
Busca productos en los que se te proporcione una información correcta, de los que puedas obtener un ticket o factura y que puedas pagar a través de métodos autorizados.
Regalos con alma: joyería sostenible para toda la vida
En otra entrada del blog te hablé sobre el concepto de joyería sostenible. Es fruto de una actividad que se esfuerza por crear el mínimo impacto posible en el medio ambiente, y que además trata de promover unas condiciones de trabajo justas. Tanto a la hora de obtener la materia prima como durante la producción.
Cuando pensamos en joyas para regalar a una mujer, por ejemplo, nos imaginamos una pieza que le agradará. Si supiéramos que detrás de esa joya hay malas prácticas laborales, sociales y medioambientales, la pieza cobraría otro valor.
Generalmente, detrás de esas condiciones penosas están las empresas defast fashion. Pero las crisis de suministro o los fenómenos extremos son un indicativo muy elocuente de que esas prácticas tienen que cambiar.
La joyería sostenible representa lo opuesto a la fast fashion. Lo demuestra en varios ámbitos:
- Organización ética. El desarrollo de organizaciones que velen por los códigos de buena conducta es una realidad. Ejemplo de ello es la Alianza por la Minería Responsable.
- Respeto al medio ambiente. Certificaciones como Fairmined ofrecen garantías al consumidor consciente. Se responsabiliza de unas buenas condiciones de extracción de los metales.
- Compromiso con el desarrollo social. El resultado de las buenas prácticas redunda en el desarrollo de las comunidades donde los menores quedan protegidos y se reducen las posibilidades de desigualdad.
- Promoción de condiciones dignas. Los comercios de joyería responsable no quieren enriquecerse a costa de los demás, sino contribuir a las buenas condiciones laborales y los puestos de trabajo estables.
Bajo estas condiciones se crean joyas que nada tienen que ver con las piezas seriadas que se pueden encontrar en los grandes bazares online. Lo que está hecho con una materia prima de calidad y un proceso de producción cuidado hasta el detalle está muy por encima de aquello que ya tiene fecha de caducidad antes incluso que la compra, y se nota.
Si quieres agasajar a alguien con un regalo tipo joya esta Navidad, no te lo pienses. Regala un obsequio único que traslade a la otra persona lo mucho que le importas, algo que pueda conservar para siempre. O date un capricho. Nadie como un consumidor responsable sabe lucir sus complementos, porque son especiales. Sabe que es mejor poco y bueno que mucho, con originalidad nula y con una calidad ínfima.